Birds



Ha empezado diciembre. No me entusiasma. También llueve, aunque esta vez no es por dentro. Se ha colado en mis días un colibrí que me arrastra a sus recorridos. El pájaro azul que hay en mi corazón ha salido revoloteando sin permiso. Decidí dejar la jaula vacía, solitaria. Aún tengo los barrotes marcados, pero la piel siempre sana. El pájaro azul y el colibrí salen muy temprano y llegando la noche hacen dulces festines. Hay hedonismo sí, pero también profundidad. El colibrí es aire, el pájaro azul es fuego, sin embargo, a veces el aire se enciende y el fuego es un poco aire, pero nunca se apaga. Se sabe que se escribe mejor siendo desgraciado. Esta vez, lo siento, estoy del otro lado.



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